lunes, 20 de abril de 2009

¡ESCUCHEN!


¡Escuchen!
Si se encienden las estrellas
¿no será porque alguien las precisa?
¿no será porque alguien desea que existan?
¿no será porque alguien llama perlas a esos
diminutos escupitajos?

Y, sollozando inconteniblemente,
entre la ventisca y el polvo del mediodía
irrumpe en el lugar donde está Dios,
temiendo haber llegado tarde,
llora
besa su mano robusta,
y le implora
¡que siempre haya una estrella!
y jura
que no soportaría el tormento de vivir sin ellas

y después
se pasará alarmado
aunque sereno en apariencia
y preguntará a un amigo:
¿No te sientes mejor ahora?
¿Verdad que ya no temes?
¿No es cierto?
¡Escuchen!


sábado, 4 de abril de 2009

El olvido

Mientras vivimos llenamos de recuerdos la vida,
de recuerdos llenos de felicidad,
de tristeza,
de esperanza.

Mientras recordamos hacemos presente el pasado,
y vivimos,
reimos, y soñamos.

Entonces, llega el olvido
para no vivir el pasado,
para no soñar los recuerdos
¿para no sufrir lo vivido?
pero sufrimos...

No sabemos quienes somos,
en donde estamos.
¿Pero estamos?
jamás estamos
ni soñamos
ni esperamos.

En el olvido vivimos
y en el olvido
no se vive,
jamás se vive
porque la vida se ha olvidado
y nunca ha pasado
¿Pero amamos?...

viernes, 3 de abril de 2009

Quiero

Quiero soñar que todo es nuevo,
para siempre,
y una vez más
llega la tarde y la noche.
Amanece, hace frío
y tengo miedo al día.
Quiero nacer de nuevo
y esperar,
cantar y proclamar
que hay esperanza.
Quiero vivir, reir
durmiendo y esperando
que algo nuevo llega
y permanece
en silencio,
para siempre,
aunque salga el sol.

jueves, 2 de abril de 2009

Romance de la luna, luna (Romancero gitano)

La Luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados