Quién podrá perdonar a un maestro que enseña a leer.
Quién tiene la fuerza para destruir los átomos invisibles de tu belleza.
He aprendido a saborear alambres y luego tragarlos,
a domesticar los pájaros atroces de tu sueño,
pero no puedo olvidarte.
Quién podrá perdonar a un ciego que vuelve a ver.
Quién sufre el rencor de los continentes olvidados de tu gracia.
Soy la decepcion y el hábito del desastre,
incapaz de calmar las profundidades del mundo,
y de ser sincero para amarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario